Por Melvin Lans
Ser artista me ha ayudado a ver todo con una
retórica especial y expresar todo con la misma retórica, cuando meditas tanto
en un punto, convertirte en lo que meditas es una acción natural, yo miro todo
con mucha profundidad, medito en cuanto a todo, y sé que la acción de vivir
para ser sociable es importante, pero cuando todas nuestras acciones se hacen
solo para encajar en cualquier grupo social entonces tales acciones dejan de
ser trascendentes, y nuestra libertad se ve eclipsada por la necesidad de vivir
para parecer, y nuestra necesidad de ser lo que debemos llegar a ser disminuye
al punto de que nos convencemos de que nuestra apariencia social es todo lo que
somos, y nuestra esencia espiritual desaparece, el ser esencialmente
espirituales nos hace sentir libres, al ponernos en contacto con el silencio
cósmico podemos escuchar sonidos superiores, podemos ver más, y entonces ser
especiales, la meditación sin la influencia del espíritu de Dios crea un
desequilibrio entre la genialidad y la inteligencia, y ese desequilibrio hace
que el hombre se pierda, en la fantasía de una reflexión mal dirigida, hace que
su cordura sea alterada, y tal hombre vive naturalmente de acuerdo a lo que se
convenció es real, entonces lo bohemio se vuelve típico, lo inatrapable se vuelve
abstracto o simplemente conceptual, y lo espiritual inexistente, pero cuando la
reflexión va de la mano con el espíritu de Dios puedes ver como dijo Juan
Manuel Cabral incluso todas las partículas del átomo más pequeño, y obtienes la
verdadera razón, entonces dignificas tu moralidad, defiendes con luz y verdad
el afecto natural, vives entonces en paz, porque sientes la necesidad de elevar
tu alma, y es imposible que lo logres sin hacer benignos transbordos en alma de
los demás, la institución secular no mide la inteligencia como debe, el hombre
inteligente no tiene porqué enloquecer, la inteligencia es la gloria de Dios
ósea luz y verdad, y yo creería que equilibrio perfecto ósea total sensatez,
orden, justo sentido común, no te
llevaría a retroceder mentalmente o a no encajar socialmente, o quizá morir de
tristeza.
Hay hombres que han logrado la genialidad pero
en su viaje han perdido su juicio entre lo real y lo irreal, la razón más
impórtate de conquistar o descubrir, es que al hacerlo te conquistes a ti
mismo, eleves tu alma y descubras tu esencia, entonces tu obra tendrá valor
eterno, será trascendente.
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