martes, 27 de mayo de 2014

La ruta hacia la paz...















Hoy me puse a hacer un inventario de lo que tengo y de lo que aún me falta, y entiendo, evaluando mis posesiones que lo más valioso que tengo en mi vida, está grabado en mi mente, y es la ruta hacia la paz, y la prosperidad y sé que el porcentaje en el mundo de hombres y mujeres que ignoran esa ruta es grande, algunos empezaron a conocerla, y sin llegar a tenerla grabada en la mente la remplazaron, por alguna vana ilusión que se encontraron en el camino, otros internados en edificios grandes y espaciosos de vanas ilusiones cerraron sus ojos y oídos ante la posibilidad de escuchar ese sonido divino, y ya lo he dicho cientos de veces, ser justos es un plan que debo hacer cada día, y hoy mi meta es abstenerme de toda impiedad, hoy inicio, justo en este momento, si alguien quiere venir conmigo le invito, las reglas son: no enojarme, porque controlar el enojo me falta, esa virtud no está bien definida dentro de mi lista de posesiones, ser humilde, el ego es un enemigo letal, que nos persigue sin descanso, no criticar, cuantas veces en el día criticamos a alguien, que nunca nos hemos ocupado de edificar, no juzgar, porque no somos testigos de todo, casi siempre presenciamos la reacción, pero no entendemos la causa o la acción y nos sorprenderíamos de cuan equivocados estamos si entendiéramos, no envidiar, esta debilidad es horrible, y pocos hombres y mujeres somos capaces de admitirla, definitivamente no la quiero en ningún sentido en mí, porque aunque parece inofensiva, destruye toda forma de progreso en quien la tiene, lo ciega y no lo deja ver, ni entender, y es como si las bendiciones de lo que codicias en otros se alejaran más y más, y finalmente llegas a morir sin superar tal frustración, tener buenos pensamientos, mi castidad debe ser impermeable, el poder que Dios nos dio para expresar amor a nuestro conyugue, y para traer vida al mundo es sagrado, de origen divino, pero esta sociedad ha tomado su perversión, como algo natural, y esto a traído condenación, tristeza, lagrimas, dolor y desolación sobre el mundo, porque hay familias destruidas, hijos sin dirección y futuros tiranos formados por adversas circunstancias, sirvamos, seamos buenos, compasivos, tener caridad, con los buenos y con los malos, hagamos el ejercicio, y luego al final del día, guardemos silencio, y escuchemos, sintamos, experimentemos el fruto de vivir justamente, nada en el mundo, ninguna posesión material, se compara con esa clase de paz: “y comí de su fruto; y percibí que era de lo más dulce, superior a todo cuanto yo había probado antes. Sí, y vi que su fruto era blanco, y excedía a toda blancura que yo jamás hubiera visto. Y al comer de su fruto, mi alma se llenó de un gozo inmenso; por lo que deseé que participara también de él mi familia. (1 Nefi 8: 11-12).

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